HACIA UNA LONGEVIDAD PLENA ENTRETENIMIENTO COGNITIVO, INVERSIONES Y RESIDENCIAS: OTRAS FORMAS DE PENSAR A FUTURO

Para muchos, la segunda mitad de la vida se vislumbra como un horizonte de disfrute gracias al cambio de paradigma en torno a esta etapa y sus múltiples posibilidades

LA NACION por Vivian Urfeig

Cuando seamos más grandes queremos ua habitación en la residencia donde nuestro papá pasó sus últimos días”, dicen Karen Stilman (50) y su hermana Iardena (54). Las dos visitaron durante un año a su padre Ricardo en LeDor VaDor, una lugar ubicado en Chacarita que brida atención y contención a personas mayores, acompañándolos con una mirada interdisciplinaria. “Desde que llegó se integró a las actividades sociales y volvió a ser el Ricardo que siempre fue, vital y con autoestima. Nosotras estuvimos muy tranquilas y siempre en contacto con todos los profesionales de la institución. Por eso os pusimos de acuerdo en que cuando nos llegue el momento podríamos vender la casa familiar si es innecesario, para afrontar los gastos ene pos de esa calidad de vida, de esa estimulación”, dice Karen, que trabaja en una empresa de seguridad informática.

Si hasta hace uno tanto tiempo la vejez era, casi, un tema tabú (“me preocuparé cuando llegue”), el cambio de paradigma e relación con la tercera edad está transformando el panorama de muchas personas que, rondando los 50, no temen planificar cómo pasarán esa etapa de la vida. Desde inversiones financieras hasta entrenamiento cognitivo, retirada del ámbito laboral y redes de contención que permitan, dentro de lo posible, cierto nivel de autonomía, son muchos los que hoy empiezan a diseñar el futuro con las herramientas que les brida el presente. Ya nadie se sorprende a la hora de proyectar con tiempo cómo será la vida +75.

“Todas planificamos cumpleaños, fiestas, vacaciones, mudanzas y negocios. Pero olvidamos, o no nos enseñaron, a pensar una etapa tan importante como nuestra vejez. Para mí es fundamental hablar desde jóvenes con quienes nos rodean. Plantear necesidades futuras, preparar a nuestros hijos para ese momento. Los míos ya están avisados, no quiero ser una carga para ellos”, plantea Iardena Stilman, que trabaja como puericultora.

Cerebro ágil

Se sabe que el ejercicio físico, los buenos hábitos alimenticios y los proyectos contribuyen a prevenir el deterioro cognitivo. A esto se suma el entrenamiento del cerebro, para tener cuerpo y mente alineados en la misma dirección. Andrés Rieznik, doctor en Física y autor del libro Atletismo mental (Sudamericana) plantea que basta con resolver crucigramas, jugar al ajedrez o elegir actividades intelectualmente estimulantes y algo desafiantes para conformar una reserva cognitiva sólida a futuro. Y agrega: “La exigencia intelectual continua es la única receta que asegura el mantenimiento del cerebro y la prevención de Alzheimer y otras enfermedades que provocan pérdida de memoria o deterioro de funciones cognitivas”. En la misma línea, desde Proyecto Suma, Asistencia y Rehabilitación en Salud Mental, acaban de lanzar un taller de Estimulación Tecno-Cognitiva que contribuye a mantener y mejorar las funciones cerebrales. Cada cual es libre de empezarlo a la edad que quiera: “La alfabetización digital contribuye a superar el desafío tecnológico desde un aprendizaje accesible y atractivo, que tiende a fortalecer la memoria a corto y largo plazo”, explican.

Por otra parte, para la socióloga Mercedes Jones, los micro proyectos vitales o los megaproyectos, de alta gama, contribuyen a visualizar una longevidad positiva. “Desde tomar un curso hasta planificar un viaje o realizar inversiones. Todo sirve, menos el prejuicio y el edadismo, la discriminación a las personas mayores o peor, la infantilización. Lo más importante, según

los últimos estudios, son los vínculos de cercanía. El mozo que sabe cómo te gusta el café, el vecino que te conoce. Generar contactos cotidianos y encontrar actividades son las otras patas del asunto”, define Jones, investigadora y directora de programas del Centro de Innovación Social de la Universidad de San Andrés.

Carla Weiss (53) es ingeniera. Trabajó hasta los treinta y pico en una oficina, hasta que llegó el primer llamado de la reinvención. “No quería llegar a los 40 en el mismo escritorio. A partir de entonces me vivo reinventando”, dice la actual piloto de avión que toma todo tipo de cursos: idiomas, sommelier o administración hotelera. En función de repensarse a los +70, Carla decidió, también, invertir desde ahora en la compra de dos departamentos en su ciudad natal, Ushuaia, como recurso económico que le permita explorar sus intereses. “Creo que hay que usar las cartas que uno tiene a mano para transformarse. Y capitalizar todo lo aprendido para disfrutar”, asume la piloto que, entre vuelo y vuelo, sigue pensando opciones para una tercera edad plena: ”Alquilar un hangar en el aeroclub de General Rodríguez para dar clases es otra alternativa para más adelante. Mis abuelos son longevos, siempre están a la búsqueda de cosas nuevas. Quiero seguir ese camino”, dice Carla.

Mientras los científicos de la Universidad de Stanford establecieron que a partir de los 34 años una persona empezaría a mostrar deterioro en su estado físico, según la calidad del plasma estudiado en más de 4000 casos, el subdirector de la residencia LeDor VaDor redobla la apuesta y dispara: “Empezamos a envejecer desde que nacemos”.

Jonathan Cohen, licenciado en Ciencias Políticas y Políticas Públicas, tiene 38 años y es uno de los referentes más jóvenes del mapa de profesionales que se dedican a la gestión de los nuevos paradigmas para repensar la segunda mitad de la vida. “Hay que estar muy atentos e impulsar metodologías que nos permitan preguntarnos qué nos interesa a mediano y largo plazo. Qué nos conmueve y emociona, más allá de la edad; qué le da sentido a la vida. Es importante accionar con propósito, en el marco de espacios de reflexión, junto a pares”, destaca Caben. A su vez, convoca al mercado financiero a “contemplar este segmento que crece de manera exponencial para generar servicios, herramientas y dispositivos. Desde opciones de cohousing hasta residencias asistidas. Estrategias de beneficios mutuos: ahí hay una oportunidad enorme”, sugiere.

Juntos, pero no revueltos

La tendencia del cohousing, de hecho, surgió en Dinamarca y Holanda en los 70 y luego llegó a Estados Unidos bajo el mismo concepto: vivir entre pares. En Argentina, los proyectos locales aún no terminan de despegar aunque hay algunas experiencias exitosas de residencias de larga estadía o viviendas asistidas. Utopía Senior, WeCare, VidaLinda son algunas de las opciones para +75 que contemplan amenities y dinámicas independientes a partir de la interacción social y en un marco que garantiza seguridad y autonomía. Bajo el formato de fundaciones, mutuales, asociaciones sin fines de lucro o instituciones privadas, los planes cubren las necesidades de vivienda, servicios médicos y actividades y varían según cada necesidad.

Según la ONU, hacia 2050, la cifra de personas mayores de 60 años superará los 2000 millones en todo el mundo, con lo cual el segmento senior representa un auténtico motor económico. Un zoom a la ciudad de Buenos Aires arroja más señales sobre el fenómeno: el 78% de las personas mayores de la Ciudad son propietarias de sus viviendas, y más del 65% pertenece a sectores medios y acomodados, según el informe del Área de Bienestar de la vicejefatura de gobierno porteña.

Aún lejos de los 60, y en plena búsqueda, Carla Weiss también encontró un espacio para recalcular sus próximos movimientos. Se trata de Proyecto Spark, un encuentro entre mujeres que reflexionan acerca de la longevidad positiva. “Pensar la energía como un recurso renovable aplica a todas las etapas de la vida. Activar, pero sin agotarse, descansar para recuperarse. La búsqueda de este equilibrio dinámico es un aprendizaje cotidiano”, señala Ana Díaz, psicóloga y coordinadora del proyecto. “Elaborar es visualizar este proceso para hacer los ajustes necesarios en función de vivir acorde a nuestras necesidades, posibilidades y deseos en cada momento. Es continuo y requiere de una gran flexibilidad: renuncias, cambios de rumbo, conciencia de lo que sí se quiere sostener”, señala la especialista y explica porqué sus grupos solo están integrados por mujeres: “Las que hoy tenemos más de 50 fuimos educadas bajo el paradigma de estar tan al servicio de los otros que para pensar un nuevo camino hay que alivianar algunas cargas”.

Economía plateada. en la lupa

En su último libro, Proxi +50: 50 ideas para tus próximos 50 años (Sudamericana), el periodista y economista Sebastián Campanario desglosa una guía de estrategias de cara a la economía de la longevidad. Recalibrar la orientación vocacional a los 50, estimular la curiosidad, aprender durante toda la vida y recablear habilidades figuran en la lista. “Las estadísticas parecen corroborar que estamos frente a una ola gigantesca: el gasto y las actividades económicas vinculadas a personas de más de 50 años solo en los Estados Unidos equivalen a 7.6 billones de dólares. Para 2030 Japón será el primer país del mundo en entrar en la categoría ultrasénior, con un 28% de su población por encima de los 65 años”, explica Campanario, y aclara que cada estrategia de longevidad positiva es personal y única.

“La silverización de la población y del consumo” es uno de los últimos estudios de la consultora de tendencias Trendsity. Allí Mariela Mociulsky, CEO y fundadora, expande los alcances de los cambios demográficos y sus incidencias en la vida cotidiana: “Vamos a vivir casi una vida más de lo que vivían otras generaciones, entonces crecen las opciones para afianzar las posibilidades de este segmento de seguir activos. Alejados de las presiones de la crianza, se buscan otras relaciones con el conocimiento, la tecnología y la educación financiera. En este sentido es interesante para el desarrollo de productos vinculados al bienestar, a la agilidad mental, y la actividad física, pero también con los viajes y las app de citas para conocer gente”, señala Mociulsky.

En el informe se destaca que entre los 45 y 55 se da la búsqueda permanente de placer y autorrealización. En tanto, entre los 56 y 75, surge la búsqueda del equilibrio físico, psíquico y espiritual en cuanto a enfocarse en proyectos con propósito. A partir de los 76, el cuidado de la salud y la autonomía lideran las aspiraciones.

Gustavo Schutt (62), contador público, es consultor especialista en exit planning: asiste a los dueños que, entrando en la edad jubilatoria, quieren vender sus empresas. Él mismo pasó por la experiencia con su propia compañía tecnológica cuando visualizó un futuro distinto. “Vivo de lo que genero, mantengo los ahorros y trato de no tocarlos. Me gusta viajar, pintar y seguir activo. Tener un proyecto, una motivación y un hobby es lo que les aconsejo a mis clientes cuando los ayudo a planificar la transición a esta nueva etapa”,señala Schutt. La primera pregunta que les formula es: ¿tenés un plan para después de vender la empresa? “Me ocupo de preparar al dueño para afrontar el momento posterior, cuando deba tomar un nuevo rumbo. A quienes estuvimos al frente de empresas nos divierte emprender, construir, afrontar el día a día”, señala Schutt, que pone el foco en generar proyectos al mismo tiempo que se piensa en el retiro. “Siempre activos, pensando en el futuro. Desde un nuevo emprendimiento hasta actividades filantrópicas. Hay diferentes caminos posibles, lo importante es tener algo para hacer”. De 50 a 60 clientes lo consultan por año, desde Argentina y Perú hasta España y Estados Unidos. “Tengo lista de espera. Las consultas crecieron muchísimo. Yo personalmente prefiero que no exista el retiro, que existan siempre los proyectos que nos apasionen para estar activos. Siempre hay que invertir bien y diversificar riesgos”, dice Schutt.

Customizar las experiencias senior, de eso se trata. La curaduría de la información disponible permite proyectar una longevidad saludable que se sostenga en el tiempo. El objetivo es claro: construir futuro, desde el presente.•

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