Desde el Observatorio de Trendsity, nuestro equipo de investigación de mercado, insights y data está permanentemente monitoreando nuevos hábitos, prácticas y tendencias que constituyen uno de los pilares de los estudios y reportes que realizamos diariamente para nuestros clientes de diversas industrias y verticales.
En esta edición te traemos:
- Gaming phygital: experiencias que combinan tacto, tecnología y encuentro
- Tarjetas de beneficios: nueva moneda del bienestar corporativo
- Cafés en silencio: refugio y calma en medio del ruido urbano
- Los empaques inteligentes transforman la experiencia del consumidor
- Social listening comunitario: empresas que co-crean con el territorio
FRONTERAS POROSAS
Gaming phygital: experiencias que combinan tacto, tecnología y encuentro
Tras más de una década de hiperpersonalización digital -juegos individuales en el celular, experiencias inmersivas por VR y plataformas que priorizan la interacción uno a uno con algoritmos- está emergiendo una tendencia de juegos que regresan a lo físico pero sin una renuncia a lo digital. Son experiencias que vuelven al formato material, táctil y convivencia sin resignar el feedback, la inmediatez ni el nivel de engagement del entorno digital.
La consola Board se define como una consola “cara a cara”. Una pantalla táctil de 24 pulgadas que se instala sobre una mesa y que se combina con piezas físicas (bloques, robots, lupas, figuras) que interactúan con la interfaz digital sin necesidad de controles. El sistema se ubica en un punto intermedio entre un juego de mesa y un juego digital con la premisa de una tecnología que promueve encuentros, no que los reemplaza. La propuesta responde a un sentimiento instalado en la audiencia global: fatiga digital, a la vez que ofrece una salida que no reniega del mundo online, pero lo reconcilia con la experiencia humana a través del juego compartido, reglas claras, socialización, accesibilidad para chicos y adultos mayores.
Nintendo Switch fue pionera en esta transición: juegos que movilizan el cuerpo, promueven actividades grupales y llevan lo digital a un formato “juguete tecnológico”. El éxito renovado de Switch Sports reactivó incluso reuniones sociales centradas en el juego físico. Arcade1Up lanzó máquinas arcade hogareñas que replican juegos clásicos de los 80 y 90. Lo interesante es que mezcla nostalgia, interacción presencial y funciones conectadas, como rankings globales y actualizaciones remotas.
En Argentina ya hay mesas interactivas en gastronomía y retail que permiten pedir platos desde la superficie, jugar mientras llega la comida, o explorar información del menú y donde la experiencia presencial se potencia con una capa digital que entretiene y genera valor.
Mensaje para los negocios: Entramos en una fase donde audiencias hiperconectadas quieren menos consumo pasivo y más construcción compartida. La oportunidad para las marcas está en el diseño de experiencias phydigitales y gamificación social donde la tecnología deja de ser un escape individual para convertirse en un acelerador del encuentro.
RAÍCES MÓVILES
Tarjetas de beneficios: nueva moneda del bienestar corporativo
Durante años, los programas de beneficios corporativos se definieron por lo simbólico: membresías premium, descuentos, experiencias o incentivos puntuales. Pero en un contexto económico volátil los reconocimientos laborales pasan a convertirse en parte de la economía cotidiana de los empleados, con un claro protagonismo de las tarjetas corporativas de recompensa, un formato que crece y se consolida como el nuevo estándar del salario emocional flexible.
El crecimiento del uso de tarjetas prepagas corporativas crece en un contexto donde los colaboradores quieren beneficios que puedan usar cuando y donde realmente los necesitan, sin restricciones ni categorías impuestas. Además, en contextos económicos complejos, un beneficio es valioso cuando alivia el bolsillo y mejora el día a día. Lejos de funcionar el “beneficio único para todos”, con estas tarjetas cada empleado arma su propio mix: desde cargar la SUBE hasta comprar comida para su mascota, comprar en el supermercado o cargar combustible. Los equipos de RR.HH. empiezan a pensar el bienestar desde una mirada financiera y práctica: cómo reducir estrés, aumentar tranquilidad y acompañar necesidades reales.
En Argentina, según Youcard, la gift card de Mastercard, el uso se concentra mayormente en rubros cotidianos tales como supermercados, combustible, gastronomía y moda. En México: plataformas como Minu, Clara y NanoPay integran tarjetas corporativas de beneficios y adelantos de sueldo, utilizadas por empresas como Kavak, Soriana y Mercado Pago mientras que en Brasil: modelos avanzados como Flash Benefícios permiten combinar alimentación, transporte, cultura, salud, educación y bienestar en una sola tarjeta, con un uso totalmente libre por parte del empleado. En Chile: por su parte, compañías como Tenpo y Fintual integran soluciones de “bolsillos” o fondos para gastos corporativos flexibles, cada vez más usados por RR.HH.
Mensaje para los negocios: Muchas empresas ofrecen beneficios que no se entienden o no se usan. El talento hoy elige empresas que otorguen beneficios que se sientan útiles, reales y cotidianos a la vez que simples y personalizables. En un contexto económico complejo este tipo de compensaciones son una herramienta de bienestar financiero que se están convirtiendo en una forma más efectiva de acompañar la vida real del colaborador.
EGOBALANCE
Cafés en silencio: refugio y calma en medio del ruido urbano
En las ciudades, donde los niveles de ruido llegan a afectar la salud mental, las personas buscan el silencio. Están creciendo los espacios – especialmente cafés- donde está prohibido hablar y solo se permite música muy suave o silencio, pensados como micro-refugios de calma.
Se trata de espacios híbridos -mitad biblioteca, mitad coworking, mitad sala de meditación- diseñados para ofrecer un respiro cognitivo: concentración, descanso y reducción del estrés. Su popularidad responde a factores simultáneos como creciente preocupación por los efectos del ruido en la salud mental y física, lugares donde poner límites a la hiperestimulación digital y social y recuperar la atención plena y deseo de experiencias sensoriales distintas.
En New York, 2025 vio crecer un boom decafés silenciosos en la ciudad, que funcionan como respuesta al ruido urbano y la demanda de espacios para concentración y bienestar. Shojo en Osaka eliminó la conversación y la música y el fenómeno también se replica en Europa en cafés en Londres, Berlín, París y otras capitales.
Si bien estos espacios aún no parecen masivos en la región, sí hay señales relacionadas: silent discos y eventos con auriculares han proliferado en México y Argentina, lo que indica que la demanda por silencio existe y toma variadas formas
Mensaje para los negocios: Las marcas tienen una ventana clara para conectar con audiencias que buscan calma sin abandonar la ciudad. Las personas están dispuestas a pagar -y a desplazarse- por espacios urbanos que les permitan recuperar foco y calma, por lo que hay lugar para crear micro-experiencias patrocinadas o diseñar espacios o celebrar alianzas donde el silencio sea el protagonista.
NEOCONECTIVIDAD
Los empaques inteligentes transforman la experiencia del consumidor
Los empaques -tradicionalmente relegados a la función de contenedor— están asumiendo un rol decisivo en la conexión entre marcas y consumidores. Hoy, un envase puede ser un canal de comunicación, un medio para contar la historia de la marca, un vehículo de trazabilidad, autenticación y hasta de fidelización.
En su versión más madura, el empaque deja de ser solo un envoltorio para convertirse en una interfaz. A tono con los hábitos de generaciones como Millennials y Gen Z, que se inclinan hacia experiencias fluidas, híbridas, digitales y demandan transparencia, trazabilidad y personalización. Con tecnologías como códigos QR, etiquetas NFC, RFID o marcas digitales invisibles, la marca crea un puente directo con el consumidor. A través de un escaneo o un toque con el celular, el usuario puede acceder a información extendida: origen del producto, instrucciones de uso, contenido multimedia, promociones, historial, entre otros.
La botella “inteligente” de Johnnie Walker fue pionera: al integrar un tag NFC, el consumidor puede verificar autenticidad, acceder a contenido exclusivo como recetas, recomendaciones o historia de marca, y transformar una compra en una experiencia interactiva. En alimentos y bebidas, numerosas marcas integran QR o NFC para ofrecer información ampliada: origen, trazabilidad, recomendaciones, historias detrás del producto. Plataformas como atma.io asigna una identidad digital única e inalterable a cada artículo físico, permitiendo su seguimiento a lo largo de toda la cadena de suministro, lo que habilita nuevas interacciones entre marcas y productos a lo largo de su ciclo de vida y ya gestiona más de 30 mil millones de artículos en todo el mundo, generando inteligencia en tiempo real para las compañías. En bienes de consumo masivo, algunas marcas incluso han explorado gamificación o experiencias interactivas desde el empaque: por ejemplo, códigos que activan contenido digital, campañas promocionales, valorización de engagement.
Mensaje para los negocios: Es momento de repensar el empaque como un canal de valor y como punto de contacto clave, diferencial y activo de marca. La posibilidad de invertir en tecnología accesible (NFC o QR) permite un alto retorno en engagement, confianza y datos gracias a construir experiencias y ofrecer contenido útil para consumidores que hoy valoran la trazabilidad, la autenticidad o la sostenibilidad como valor agregado.
CONCIENCIA DE LA RESPONSABILIDAD
Social listening comunitario: empresas que co-crean con el territorio
Las empresas empiezan a reconocer que no pueden crecer -ni operar- sin comprender el pulso social, económico y ambiental del territorio donde están insertas.
El social listening comunitario es la evolución natural de la escucha social, pero enfocada en quienes viven, trabajan y experimentan día a día el impacto de la actividad empresarial. Se basa en plataformas permanentes de diálogo, donde empresas, comunidades, gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil comparten tensiones, necesidades, prioridades y expectativas en tiempo real.
Mientras el social listening tradicional monitorea lo que se dice en redes sociales, el social listening comunitario escucha lo que sucede en el territorio, con foco en problemas estructurales (empleo, movilidad, acceso a servicios, infraestructura), tensiones sociales emergentes (conflictos ambientales, percepción de riesgo, valor compartido) y expectativas reales hacia las empresas (qué se espera, qué preocupa, qué se necesita).
La industria minera ya entendió que su legitimidad depende de la licencia social para operar. En países como Australia, Canadá y Chile, las compañías han incorporado paneles ciudadanos permanentes, observatorios socio ambientales independientes y mesas de escucha multiactor. BHP, Rio Tinto y Anglo American avanzan hacia modelos donde las comunidades participan incluso en la priorización de inversiones en infraestructura local. Esto redujo conflictos, agilizó habilitaciones y mejoró la transparencia.
En ciudades como Barcelona, Curitiba, Ámsterdam gobiernos y empresas trabajan con vecinos para co-crear soluciones de movilidad, espacios verdes, infraestructura y nuevos usos del espacio público. Estas ciudades usan plataformas digitales que integran encuestas, mapas colaborativos y datos ambientales en tiempo real. Startups como Zencity o Pol.is permiten integrar opiniones de miles de ciudadanos para tomar decisiones basadas en evidencia social utilizadas por compañías de telecomunicaciones y energía.
En Argentina empresas emergentes están combinando machine learning, análisis de datos geoespaciales y relevamientos comunitarios para mapear riesgos ambientales, percepción local, evolución del empleo y la infraestructura, tensiones entre comunidades y proyectos productivos. Estas soluciones ya se aplican en sectores como agroindustria, energía, logística y consumo masivo.
Mensaje para los negocios: Las empresas que anticipan tensiones antes de lanzar proyectos logran reducir costos, prevenir conflictos y diseñar proyectos más sostenibles desde el inicio. Además este tipo de herramientas ayuda a innovar mejor porque las comunidades conocen el territorio mejor que nadie. Por último, crea valor compartido: las empresas crecen cuando el entorno crece con ellas.