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Más años de vida, menos tiempo: cómo la longevidad abre el nuevo mapa de negocios

Mariela Mociulsky de Trendsity explicó que la longevidad no es solo una conquista sanitaria, sino una revolución económica y cultural.

LA NACIÓN

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Mariela Mociulsky planteó que la longevidad no es solo una conquista sanitaria, sino una revolución económica y cultural.

Vivimos más, sin embargo el tiempo nos alcanza cada vez menos. Esa paradoja, tan humana como contemporánea, se está transformando (junto con la revolución de la IA) en el motor de cambio más potente para las empresas que buscan entender el futuro. En su reciente presentación “Más años de vida y menos tiempo”, la especialista en tendencias y comportamiento del consumidor, Mariela Mociulsky, planteó durante la presentación que realizó en el summit de Negocios del Futuro que la longevidad no es solo una conquista sanitaria, sino una revolución económica y cultural.

“El futuro es viejo”, disparó desde el inicio, y no como una provocación gratuita: más de la mitad de los bebés que nacen hoy en países desarrollados superarán los 100 años de vida, y en 2050 uno de cada seis habitantes del planeta tendrá más de 65. En paralelo, la tasa de natalidad global cae por debajo del nivel de reemplazo, incluso en América Latina. Argentina no es la excepción: la maternidad se posterga, los hogares unipersonales crecen y la vida se fragmenta en capítulos sucesivos de reinvención.

La edad para tener hijos, criar a los más pequeños se posterga, desafiando al reloj biológico que puede estar atravesando la perimenopausia, por ejemplo. Se extiende la expectativa de vida extendiendo también las necesidades de actualización, aprendizajes, y especialmente, nuevos ciclos, que en ocasiones se viven con emociones encontradas entre el por fin tener más tiempo y la búsqueda de sentido para cada nueva reinvención.

En ese escenario, la economía de la edad deja de ser una cuestión de organizar el retiro y pasa a ser un terreno fértil para nuevos negocios. Las marcas que comprendan que los consumidores ya no se definen por su edad, sino por sus transiciones vitales, tendrán una ventaja clave. Porque, como resume Mociulsky citando a la estratega estadounidense Dana Keilman, “una persona no cambia por la edad, cambia porque algo cambió en su vida”.

Carla Quiroga (LA NACION) junto con Mariela Mociulsky (Trendsity)

Cada cambio como por ejemplo una mudanza, una separación, el inicio del cuidado de un familiar, una jubilación anticipada o un nuevo aprendizaje digita, reconfigura el consumo. Allí aparecen los espacios de oportunidad:

• Bienestar y longevidad activa: desde suplementos adaptados a etapas de la vida (como los de Viva Naturals) hasta wearables y tecnología preventiva que permite monitorear la salud o mejorar la movilidad.

• Reinvención laboral: plataformas educativas que apuntan a “segundas carreras”, mentorías y redes de networking maduro.

• Turismo y experiencias: empresas como IntrepidTravel ya descubrieron el boom del viaje en solitario post-jubilación, donde la independencia se vuelve una nueva forma de lujo.

• Hogar y diseño asistido: gigantes como IKEA y Philips ajustan su oferta para hogares más pequeños, servicios “hecho por mí o para mí” y tecnología inclusiva que acompaña los cambios de etapa.

Esta nueva economía plateada es mucho más que una categoría demográfica: es un mercado expansivo que crecerá un 70% hacia 2030, según datos de la OCDE, y que combina poder adquisitivo, experiencia y propósito. El desafío, dice Mociulsky, no es solo atender las necesidades de los mayores de 50, sino redefinir qué significa “ser adulto” en una era donde la vida tiene múltiples capítulos.

Las implicancias para los negocios son profundas:

1. Redefinir los targets: pasar de segmentar por edad a segmentar por estados vitales.

2. Diseñar experiencias fluidas: productos y servicios que acompañen las transiciones, más que las categorías fijas.

3. Innovar desde el cuidado: hacer del bienestar una nueva métrica de valor.

4. Valorar la madurez: reconocer el capital simbólico y emocional del “silverpower”.

5. Usar la inteligencia artificial como aliada para prolongar la autonomía y la longevidad activa.

El modelo tradicional de pensar las etapas de la vida (educarse, trabajar, retirarse) está cambiando de manera acelerada. Por eso, entender las nuevas narrativas de vida es una estrategia de crecimiento.

La vida se alarga, pero el tiempo se acelera. Y entre ambos extremos se abre el mayor desafío, y la mayor oportunidad, para los negocios del futuro: acompañar a las personas no donde la biología dice que están, sino donde sus deseos las pueden llevar.

De acuerdo con Mociulsky “la vida se alarga, pero el tiempo se acelera”

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